No vi, evidentemente, anoche a Esperanza Aguirre en TVE, lo mismo que el resto de los españoles (excepto el 15% de la audiencia que vio 59", no mucho, la verdad). Pero sí veo y oigo lo que se está diciendo alrededor. Sorprendentemente, hay quienes se están empeñando en despeñar al Partido Popular. No hay peor cosa que aparecer ante la opinión pública como una suma de fulanismos. Y parece claro que esto es lo que están haciendo sectores de este partido, convenientemente jaleados por ámbitos mediáticos. Con todos los respetos a Aguirre y su gente, las cosas no son así: la tarea institucional es importante y cara y arriconarla en favor del cabildeo a la gente le da grima. Si lo que quiere es edificar una imagen ganadora, parece que la estuviera aconsejando el enemigo. Lástima.
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