martes, 22 de abril de 2008

La parida de la montaña (un ratón)

Despechado es como uno se siente tras leer y releer las medidas de pacotilla que el Gobierno ofrece a los ciudadanos para transitar por esa crisis. Quién me mandaría fiarme de que quizá aportaran algo que nos sacara de la crisis, pero, ya ven, vuelvo a caerme de un guindo. El Consejo de Ministros resolvió con dos pinceladas, casi con cachondeo, la esperanza de muchos en un "Plan de Choque": contratarán a mil y pico orientadores (como si a un parado le hiciera falta charleta en lugar de un "curro"), unos aplazamientos de pago ya previstos por la ley, los cuatrocientos euros de propina (que serán mucho menos) y alguna memez más. ¡Nada!

Poco se les ha ocurrido renunciar a parte de la recaudación por IVA de los carburantes, un porcentual cuyo recorrido es proporcional al del precio del producto, con lo cual, cuanto más sube, más recaudan; poco hacen por los automóviles, verdaderos vehículos de recaudación, cuyas ventas, deprimidas, pueden comprometer seriamente el futuro de ciertas fábricas, las más onerosas, muchas de ellas por aquí, y obligarnos a desembolsos en forma de subvenciones y subsidios de desempleo. Ni media palabra de reducción del gasto público y de la austeridad, con lo bien que habría venido, en lugar de la propineja de los cuatrocientos malditos machacantes, haber traducido esa cuantía en reducción del gasto estructural en aspectos sensibles. Nada de nuevas desgravaciones, de leyes sobre el suelo con urgencia para hacerlo dinámico, nada contra el "trust" que condiciona los precios (incluidas las recompensas por delación de pactos, fructíferas en el extranjero para desatascar el principal inconveniente en la demostración fehaciente de estas prácticas). Nada concreto para los emprendedores, nada sobre que el subsidio del desempleo tenga retornos para el estado, ni sobre cómo reducir el absentismo laboral, nada de nada de nada.

El Plan Solbes para librarnos de ésta es un cachondeo. Y en Castilla y León podemos sufrirlo de modo singular, una vez que, oficialmente, Pilar del Olmo reconoció el jueves que la Consejería de Hacienda que pilota observa ya los primeros síntomas serios de bajada de ingresos. No tenemos demasiada capacidad para volver la tortilla de una crisis tan galopante como la actual si no es siguiendo la estela marcada por un Gobierno que debería meter en vereda una situación que se complica. Nuestra suficiencia financiera es relativa, los consumos cambian a tenor de nuevas realidades y no podemos andar jugando con estas cosas, por mucho que alguno, en Madrid, esté juguetón y se recorra los pasillos de la Moncloa saltando al "tócale" de la economía.

Dijo Reagan: "Si despiden a tu vecino, es recesión; si te echan a ti, depresión. Pero si Carter pierde su empleo, es la solución".  Visto lo visto, habría que ir pensando en llamar a Solbes por su nombre, Jimmy.

 
Publicado en Negocio 22-04-08

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