jueves, 6 de marzo de 2008

Cuadernos de Campaña (3):Precios Bajos y decir la verdad

La hermosas historias de la señora B, Rose Blumkin (1893/1998) siempre me han interesado sobremanera, porque ejemplifican lo que deberíamos hacer en una sociedad avanzada. Emigrante rusa en EE.UU., infatigable trabajadora, emprendedora eficaz, fundó en Omaha el "Nebraska Furniture Mart", un almacén de muebles, el más grande del mundo, tanto que en 1983 Warren Buffet se lo compró, aunque ella siguió al frente doce horas diarias. Su lema: "Precios bajos y decir la verdad".
Con que el Presidente y el Gobierno nos dieran sólo esto, sería suficiente. Es justo lo contrario de lo que viene pasando hasta ahora en la política económica de Zapatero: los precios de todo se han disparado y nos han estado cantando mañanitas para ... (eso), doblada. Nos han tangado con el patrón de crecimiento, del que se dijo que había que dar el relevo a la construcción y, como las cigarras, no se ha hecho nada. Prometieron incrementar la competencia en sectores básicos de la economía, pero siguen los precios concertados ilegal e indemostrablemente en combustibles, telefonía... Hablaron de desintermediación pero aquí no se ha eliminado un trámite.
Los precios se han disparado. La única medicina que proponen son las cláusulas de revisión en los convenios, mecanismo que, según todos los economistas, en lugar de resolver el problema, pasa a serlo. Reparten subvenciones a troche y moche, generando rechazo hasta en la izquierda, porque dar cuatrocientos, tres mil o doscientos es un "engañabobos" que no se creen ni los lelos (lo que no significa que a nadie le amargue un dulce). Por lo tanto, lo contrario que sostenía la señora B, que se movía en un pequeño carrito motorizado por los pasillos de su gran almacén repleto de muebles por todos lados a la par que amueblaba las viviendas de los americanos de la clase media de los sesenta y los setenta: hiperinflación y milongas.

Es la economía, señores, la que mueve el mundo, la que legaremos a nuestros hijos, el trasfondo de nuestra vida, hasta la de los poetas menos afectos por lo mundano. El domingo que viene se pone en las urnas sobre todo un modelo de sociedad, no sólo un partido u otro. Se dirime no una manera de recaudar, sino un modo de gastar. Y, particularmente, un modo de tratar a los ciudadanos. A la gente no se la puede estar camelando permanentemente diciéndole que el Gobierno le va a dar, le va a regalar, le va a subvencionar. Zapatero se ha dedicado a esto cuatro años.
El gobierno que salga de las urnas conviene que deje hacer, que permita crecer, que no moleste, que no entorpezca, que le deje a los ciudadanos buscar su propio camino. Ponerle barata la vida y no engañarles. Estudiarse la vida de Rose Blumkin y ponerla en práctica. ¿Es mucho pedir?

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