sábado, 22 de noviembre de 2008

Cuestión de Precio

Me voy a meter en un charco: creo que va siendo hora de que revisemos las leyes que regulan las rebajas en España. Incluso, de que las retiremos para siempre. Y dirán ustedes: ¿qué le pasa a éste, le ha dado el siroco? Pues no: me he limitado a pasar por las calles de las ciudades y comprobar que las rebajas ya están aquí, aunque bajo seudónimo. En algunos casos se llaman "reforma del local"; en otros, "liquidación por cierre" o "por cese de actividad" o por "cambio de negocio". Mil maneras de enunciar la misma realidad: el precio es un factor de venta relevante y su rebaja, el mayor gancho.

Algunos dirán que liberalizar descuentos, rebajas y promociones "ad libitum" perjudica a los que tienen menos volumen y, por lo tanto, más dificultad en gestionar sus márgenes, es decir, el pequeño comercio. Pero yo creo que los problemas de los minoristas no emanan sólo del precio y, precisamente, las rebajas parece que están formando parte de la solución para ellos, porque justamente es en sus escaparates donde más bonificaciones se están viendo. Por ser pequeños tienen más posibilidades de sufrir el shock del stock y más dificultades de gestión de tesorerías. Los grandes siempre gestionarán sus márgenes con criterios de tamaño y, si quieren achatarlos, podrán recurrir más fácilmente a sus proveedores que los minoristas y no tendrán necesidad de aprovisionarse de negocio únicamente del comprador final.

Pero en estos tiempos de cambio para todos, en que les pedimos a los estados que formulen nuevas normas financieras para que los mercados sean más eficientes, no podemos mantener viejos discursos de rancio intervencionismo: que las rebajas comiencen y terminen cuando diga la administración y las veces del año que digan es algo que no corresponde con los tiempos que corren. La principal libertad que tienen que ganar los comerciantes es la de fijar los precios de modo eficiente, y qué mayor eficacia que adecuarse a las condiciones del mercado de cada momento.

Ahora que hay aves y la gente se mueve para comprar no entre calles sino entre ciudades; ahora que hay Ebay y quien más y quien menos echa un ojo a ver si encuentra en internet más barato que en la tienda y ahora que cuesta la propia vida que el persona se rasque el bolsillo mitigando el miedo a la situación, la principal soberanía que tienen que recuperar los tenderos es el del precio: mejor que esté llena la caja que no el almacén. (Dicho sea todo ello con perdón y sin ganas de ofender sino de proponer cosas que me parecen interesantes).

 

 

(Publicado en Negocio CyL)

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