viernes, 13 de junio de 2008

Zaragoza

Río abajo de nuestra Castilla, siguiendo el cauce del Ebro, Aragón, y, recién acometido el territorio, Zaragoza. Se pone en marcha mañana la gran Expo del agua y, siendo que lo que compartimos es justamente eso, el agua del río (y otras cosas más) me apetece saludar aquí una muestra que aún no conozco enraizada en una ciudad que conozco bien.

De hecho, puedo considerarme medio maño, cosa que nos es dado a los palentinos, que, como los de Bilbao, acabamos siendo un poco de donde queremos, especialmente de donde hemos pacido. En el caso de Aragón, pacido de paz. Tierra adentro, uno de los clichés de la añoranza nacional, esa región tan parecida a la nuestra ofrece semejantes problemas y semejantes oportunidades.

Una exposición de esta envergadura tiene un sentido de notoriedad, un activo necesario para comunidades como las nuestras en las que, como decía el otro, desde mosquito, todo es cacería. Recuerdo cuando un grupo, entonces considerado de iluminados, abogó por proponer una Exposición en Zaragoza: en poco tiempo afloraron todas las modalidades posibles de reticencias, retintines, recelos, desconfianzas y maximalismos del tenor de "sí hombre, aquí van a hacer una".

Pues la han hecho y se inaugura el viernes. Es lo que tiene David, que lo que le araña a Goliat siempre es contra pronóstico y cuando está despistado. Y tan ufanos, los mañicos (uno de los cuales, plantado en la vía viendo como el tren que venía pitaba para que se retirase, le espetó: "Chifla, chifla, que como no te apartes tú....) se van a convertir en lugar de encuentro durante este verano y a la ciudad le quedará para siempre el rastro de un momento mágico.

Desde que el Cid marchara al destierro en la Aljafería, tienen nuestra Castilla y Aragón facturas pendientes, oportunidades perdidas, sinergias que completar. Mientras no se mueva un metro cúbico en la N-122, la gran frontera, tendremos que seguir aprovechando ocasiones como estas que demuestran que nuestro futuro mira hacia el levante. Hacia el otro lado, hasta el nombre tiene remembranzas de ocaso. Feliz Expo del agua.
 
(Publicado en los periódicos del Grupo Promecal 12/06/08)