miércoles, 14 de mayo de 2008

¿Nos haremos los suecos con Ikea?

El chaparrón no ha sido sólo financiero, sino que ha llovido, y lo ha
hecho a lo grande: ¡alabado sea Dios! Los embalses de la región se han
recuperado ostensiblemente, de modo que en unos días, el promedio de
mejora de ocupación media se acerca al 20 por ciento. Moraleja:
siempre que llueve, escampa y tras la sequía, llega una buena ración
de oro líquido caída del cielo. Lo digo porque empiezo a pensar que,
en esta crisis que nos embarga (incluso textualmente) faltan
entusiastas y sobran agoreros: demasiados mensajes "ultradramáticos"
(muchas veces, arrojadizos contra el contrario político) y escasez de
formulaciones entusiastas. Hace unos meses, la sequía nos parecía
extraída de las plagas del Antiguo Testamento. Ahora todo ha mejorado.
Prefiero pensar que algo semejante podremos degustar dentro de un
tiempo (esperemos que corto) sobre la coyuntura financiera en que
estamos.

Faltan llamamientos a la imaginación, escasean los "deja vu" que
demuestren que esto ya ha ocurrido como acicate para superarlo,
echamos de menos referencias a los emprendedores como instrumento de
superación. Lo que ocurre ya ocurrió y en el pasado se salió adelante
con fórmulas y soluciones que debemos rememorar para extraer
enseñanzas salvíficas. Desintermediación y estímulo de nuevos
proyectos. Por ejemplo, una polémica que se nos viene encima: la sueca
Ikea quiere emplazar en nuestra región uno de sus centros comerciales
de referencia en el Norte de España. Las negociaciones con la Junta,
estancadas por culpa de la cuota de superficie comercial, podrían
terminar mal y llevar a la cancelación de un proyecto que acarrearía
miles de puestos de trabajo propios e inducidos y una germinación de
actividad en los entornos de gran entidad. Acaba de sonar la campana
del "todos a una" para abrir debates de calidad, establecer posiciones
generosas y astutas, consciente cada cual de su posición y su
responsabilidad.

Nuestra crisis tiene factores propios del entorno exterior y otros
producto de problemas endémicos de una Comunidad de nuestra naturaleza
y, desde luego, podemos hacer cualquier cosa menos simplificar. Aquí,
los grandes proyectos empresariales han florecido en medio de una
maleza atosigante pero han acabado germinando. El de la empresa sueca,
que ha establecido mucho más que un modelo de negocio, algo más
parecido a una forma de vida, no puede convertir su asalto a Castilla
y León en un acto fallido. Dicen que el petróleo llegará a 200 dólares
y será difícil que baje mucho de sus precios actuales, para volver a
subir, en todo caso. Las materias primas pierden pie en los precios al
productor irremisiblemente, se acaba la PAC y el mercado mundial, cada
vez más abierto, hace que nuestros costes sean la mayor frontera. En
estas condiciones, ¿haremos un debate en serio sobre Ikea o...
debatiremos como siempre para acabar igual que siempre?. ¿Arreglaremos
con Ikea o nos haremos los suecos?


Publicado en Negocio Castilla y León

No hay comentarios:

Publicar un comentario