martes, 20 de mayo de 2008

HOLANDA MARAVILLOSA



Holanda desvela sus insólitos secretos

Un recorrido por algunos de los tesoros
mejor guardados del país de los canales

Texto y fotos: ENRIQUE SANCHO

Aparentemente, todo el mundo sabe lo esencial de Holanda. Los canales de Ámsterdam y la arquitectura de vanguardia de Rótterdam, las pinturas de Rembrandt y las de Van Gooth, las bicicletas y los tulipanes... Sin embargo, cada año este pequeño país se inventa algo para crear nuevos motivos para visitarlo. Y en 2008 ha decidido revelar al mundo sus secretos mejor guardados.

¿Secretos? Sí, por ejemplo, ¿quién sabía que por los canales de Utrech navegan auténticas góndolas venecianas, o que en Drente existe un museo dedicado al arte falso y en Ámsterdam un gabinete de los gatos, o que hay un restaurante en el que para preparar una ensalada hay que pasar previamente por la huerta o un hotel con un único mueble en cada habitación que es a la vez cama, mesa de trabajo y completo cuarto de baño? Pues todo eso y mucho más está en Holanda. Son pequeños y grandes tesoros que, en algún caso, llevan ahí mucho tiempo y que este año el país ha decidido desenterrarlos.

Insólitos museos de Ámsterdam

Como cualquier viaje por los Países Bajos, hay que empezar por Ámsterdam, una de las ciudades más dinámicas y vanguardistas de Europa. Naturalmente lo primero que llama la atención son sus numerosos canales y sus estrechas fachadas que al reflejarse en el agua, crean una segunda ciudad evanescente. Detrás de la imponente fachada del número 497 del gran canal Herengracht se esconde un museo muy poco habitual: el Gabinete de los Gatos, que fue creado en homenaje a J.P. Morgan el gato que durante toda su vida fue el compañero testarudo de Bob Meijer, el fundador del museo. En él se ofrece una imagen completa del papel que ha tenido el gato en el arte y la cultura a través de los siglos y de los artistas que lo han tenido como protagonista de sus obras, entre otros, Picasso (www.kattenkabinet.nl).

No muy lejos, en el canal vecino, Prinsengracht, y entre los muchos y preciosos barcos históricos amarrados a sus orillas, se encuentra Hendrika María, un buque de carga del año 1914 que se convirtió en los años sesenta en un barco vivienda. Durante más de veinte años el barco ha estado habitado, hasta que en 1997 se transformó en el único museo de barco vivienda en el mundo. Se puede visitar y relajarse en uno de los sillones confortables mientras se disfruta de un capuchino. El interior pertenece a la época a la que el Hendrika Maria aún era un buque de carga y los marineros vivían aquí con sus familias. En este barco de 23 metros de largo hay, además de un gran cuarto de estar, una habitación, una cocina y una ducha de la que aún sale agua caliente (
www.houseboatmuseum.nl).

Los áticos y buhardillas de Ámsterdam y las empinadas escaleras que hay que subir hasta llegar a ellas siempre han dado mucho juego. Ahí está el refugio secreto en el que la joven Anna Frank pasó buena parte de la Segunda Guerra Mundial, pero mucho antes de eso ya hubo quien inventó otros usos a esos lugares recónditos. El edificio de Oudezijds Voorburgwal 40 parece uno más, con su espléndida fachada del siglo XVII, sin embargo tras esa apariencia se encuentra una iglesia escondida, un refugio católico en la reformada Ámsterdam de 1661, cuando estaban prohibidos los servicios católicos, que logró burlar la prohibición y que siguió funcionando como 'iglesia en el ático' con capacidad para 150 personas hasta finales del siglo XIX (
www.opsolder.nl).

Momento de relax... con sorpresas

Tras estos insólitos paseos llega el momento de relajarse, tomar una copa, cenar e irse a dormir. Pero para todo eso Ámsterdam también tiene sorpresas. Si alguna vez ha soñado con ser un artista del cóctel, con descubrir los secretos de las bebidas y elaborar una combinación exclusiva, su sitio está en la Casa de Bols, un centro hiper moderno e interactivo de una compañía con más de cuatrocientos años de edad y que es conocida mundialmente por su eminente producción de bebidas alcohólicas. No es un museo, ni una bodega ni un bar de cóctel: es una experiencia para todos los sentidos. Aquí se pueden ver y tocar los ingredientes de las bebidas, oler hasta 36 botellitas listas para probar lo desarrollado que se tiene el olfato y, por supuesto, también se puede probar. Tras los exámenes, en el Spiegelbar (bar de los espejos) se pueden elegir sus propios ingredientes y disfrutar de su creación exclusiva. Para acabar, en el la sala 'flairbooth' se puede animar a tirar las botellas al aire en plan Tom Cruise y verter el contenido en las copas. Una pequeña película digital recogerá el resultado y... a presumir con los amigos (www.houseofbols.nl).

Ha llegado la hora de cenar y nada mejor que dirigirse al local de moda en Ámsterdam, De Kas (El invernadero) un restaurante que presume de ofrecer los productos más frescos, hasta el punto de que antes de ofrecer una ensalada muestran el lugar de donde arrancarán los tomates. El invernadero central tiene ocho metros de alto y ofrece espacio para cien comensales. El interior es elegante, debido a su construcción transparente, y claro como el agua. En el invernadero sólo se puede optar por platos preparados con los ingredientes más frescos, a veces incluso no ofrecen carta y preparan lo que le parece al chef Gert Jan Hageman con los productos que tiene a mano. Las verduras que se ven en el plato, estaban por la mañana aún en la tierra. El pescado acaba de llegar de las islas Wadden, o del mar del Norte. La carta de vino cambia cada semana y contiene una selección de nos cuarenta vinos distintos (
www.restaurantdekas.nl).

Un día agotador ¿no? Pues no han terminado las sorpresas. Q-Bic es un hotel de diseño y "low cost" situado en pleno Worl Trade Center, la zona de negocios y ferias de Ámsterdam. Para que el coste sea, en efecto, bajo (unos 35 euros la noche) lo mejor es el selfservice. Mediante una máquina en el pasillo se consigue uno mismo la llave de la habitación, y se hace el chech-in y el check-out. Puede obtenerse comida y bebida de la máquina Grab & Go y si hace falta un cepillo de dientes, una revista, o se necesitara un usb stick, tampoco hay problema, todo está en las máquinas. Para "caldear" el ambiente en una chimenea se ha instalado una pantalla de plasma que emite ininterrumpidamente una película de unos leños ardiendo. Una vez en la habitación llama la atención el Cubo, al cual debe su nombre el hotel. Es una forma hipermoderna, diseñada por Philippe Starck que contiene en un solo elemento la gran cama Hästensbed, un baño con ducha (y sin puerta) una mesa de trabajo y un televisor de pantalla plana. Se puede regular la luz de púrpura a amarillo y es un poco más complicado regular la calefacción (
www.qbichotels.com).

Tesoros en todo el país

Los descubrimientos de Ámsterdam son sólo el aperitivo de lo que espera en todo el país. En el Museo de Arte Falso Vledder, en Drente, es posible acariciar sin contemplaciones a la mismísima Mona Lisa, o sentarse en una silla de Rietveld. Durante una visita guiada se puede saber exactamente cómo trabaja un falsificador y si una obra de arte o una joya es original o una imitación. En la galería de obras hay relojes carísimos de Breitling y Rolex qe parecen auténticos, monedas, momias egipcias, jarrones raros, joyas de oro y piedras preciosas... ¡y todo son imitaciones! (www.museums-vledder.nl)

También falsas, pero instructivas, son las obras que se presentan en el Centro de Arte Jheronimus Bosch's instalado en una antigua iglesia en Hertogenbosch, Brabante del Norte, donde vivió el célebre pintor en la segunda mitad del siglo XV. El único sentido de exhibir reproducciones fotográficas con el particular lenguaje de pictogramas de Bosch, llenos de demonios, monstruos, especímenes e individuos desnudos, y cuyos mejores ejemplos se encuentran en El Prado de Madrid, es que aquí se muestra la obra completa; se pueden ver juntos cuadros que formaban pareja y que ahora están en Berlín y Nueva York, trípticos que nunca se mostrarán como tales, sino como tres obras independientes en distintos museos del mundo. En el sótano de la antigua iglesia, se encuentra un estudio donde los más creativos pueden poner manos a la obra y una reproducción de lo que fue el oscuro y tortuoso estudio del artista (
www.jheronimusbosch-artcenter.nl).

Un museo bien distinto es el recién inaugurado por la reina Beatriz de Holanda cerca de Leiden, y en el que se pueden encontrar respuestas a preguntas como ¿qué pasa cuando estornudo?, ¿qué hace mi estómago con un bocadillo de queso?, ¿cómo funciona mi cerebro? Se llama Corpus y, a mitad de camino entre atracción de Disney y muestra interactiva, propone un viaje sorprendente por el cuerpo humano a tamaño Polifemo. Los visitantes recorren en escaleras mecánicas, ascensores y rampas un edificio de 35 metros de altura y nueve pisos, dentro del cual está el útero y el tubo digestivo, la fábrica de sangre en acción, la garganta con las cuerdas vocales y, quien regula todo, el cerebro. Las explicaciones en castellano y muy bien dramatizadas hacen inteligible y casi agradable la exploración del complejo cuerpo humano (
www.corpusexperience.nl).

Para los que busquen algo tranquilo y romántico, el joven y emprendedor Arjen Heida tiene la solución. Un día del año pasado decidió invertir 30.000 euros en comprar y traerse una góndola veneciana del siglo XIX, restaurarla, decorarla con cojines, adornarla con velitas y flores, comprarse una camiseta a rallas y dedicarse a convencer turistas para dar paseos por los canales de Utrecht. El espectáculo sorprende a los propios holandeses que toman una cerveza en las muchas terrazas del Nieuwgracht. Arjen, que tampoco está muy cachas, suda lo suyo con jornadas de hasta 14 horas diarias pero el esfuerzo parece compensarle. Dos fallos: no lleva el tradicional sombrero de paja con una cinta de color y no, no se sabe el "O sole mío" (
www.degondeliervanutrecht.nl).

El recorrido por los numerosos tesoros ocultos de Holanda parece no tener fin. Uno puede meterse en la piel de un astronauta o descubrir la mayor tienda de tartas horteras, ver hasta 3.500 modelos de bolsos de todas las épocas o volver a la infancia con las aventuras de la famosa conejita Miffy, revivir el lujo del Siglo de Oro holandés en el castillo de Zeist o la rectilínea sobriedad de las casas Gerrit Rietveld o Sonneveld en los años 30 del siglo pasado. Y si se buscan experiencias insólitas, nada como un recorrido turístico por Rótterdam, incluida una travesía por el río Mosa en el primer autobús turístico anfibio del mundo, que puede con olas de tres metros de altura y contra la fuerza de viento siete sin problemas. Tras el sobresalto, se puede elegir entre cenar de lujo en un faro o en un depósito de agua y alojarse en una grúa, en un tonel de vino o en una tienda de campaña... sobre un árbol.

COMO IR: La forma más cómoda de llegar a Ámsterdam, desde donde puede realizarse todo el circuito por Holanda, es en KLM-AIR FRANCE que opera cinco vuelos diarios desde Madrid y seis desde Barcelona a partir de 168 euros, todo incluido. Información y reservas: Tel.: 902 222 747 y www.klm.es

Información sobre Holanda: www.holland.com