La revista "El Jueves" tiene una sección llamada "Teníamos otra" en la que muestran otras portadas distintas de la escogida para ese número, acreditando que la selección, en sí misma, constituye el más relevante factor editorial. Recupero ese concepto (por iconoclasta que parezca el referente) para decirles que yo tenía para otros temas: el "Holocausto Caníbal" del Consejo de Política Fiscal y Financiera que hoy empieza a revolver las paupérrimas arcas del ex Estado y repartir la miseria; el momento elegido para resolver de un carpetazo el déficit de la tarifa eléctrica, que ni el peor guionista introduciría ése crimen en la trama en este momento (y, por cierto, ni media palabra del antinuclear Zapatero al respective de la energía atómica). Incluso pensé en echar unas palabrejas sobre un informe según el cual en septiembre se habrá terminado el presupuesto para el subsidio del desempleo (así presupuesta hasta una prima que tengo que le das un canuto y hace una "uve"). Hasta de los coches pensé decirles, cuyas ventas, leo que van al –32% mediado mayo.
Pero he preferido no incurrir en el yerro que suelo criticar, cuando digo que de crisis como esta se sale trabajando una hora más e incentivando el talento. Inyectando entusiasmo en lugar de desesperanza, que es algo que nuestros políticos debieran poner en práctica con más asiduidad de lo que lo hacen. Hay mucha gente que busca, inventa, desarrolla, se pelea por una idea, la lleva a la práctica y no son noticia ni objeto de la atención de una sociedad más pendiente de lo malo que de lo benéfico.
Mañana y pasado se celebra la versión regional de "Emprendedores". Distintas charlas y conferencias (por ejemplo, de David Meca, el nadador que sabe bastante de sortear dificultades) pondrán de manifiesto la necesidad de disponer de nuevas remesas de emprendedores que nos saquen del marasmo de las crisis recidivantes, los recurrentes alegatos del "yo, de mayor, funcionario" y el goteo sin fin de quienes ven morir poco a poco según qué actividades agrarias que nunca llegarán a ser como antes.
Como me contó una vez cierto relevante escalador de "ochomiles" en la montaña, como en la vida, o te aclimatas o te "aquimueres" y así andamos en este mundo en el que repentinamente nos están cambiando los esquemas. Se busca gente, singularmente joven, dispuesta a tener ideas, diseñar una forma de ponerlas en práctica, trabajar en equipo, sacarlas adelante y añadir valor a una sociedad ávida.
