Antes de subir a la redacción tomo un café en la Plaza Mayor de Valladolid y me quedo mirando fijamente a los Presidentes y directores de las Cajas de Ahorro volver a sus coches oficiles tras la comida. Venían de una reunión de la Federación de Cajas tras las cual han generado este decepcionante comunicado. El movimiento era igual para todos: se ponían en la salida del parking y cada cual esperaba su coche. Así una retahíla. Me sorprendió que a Caja Segovia (le acaba de bajar Moody´s el raiting) tuviera dos coches: uno, para el director general, Manuel Escribano, y otro para el sempiterno Atilano Soto. El del primero, un Audi; el del segundo, ni sé, tal cochazo era, que no he sabido si es un Aston Martin algo parecido. Al llegar a la redacción acabo de leer como vuelven a ciscarse en las fusiones e integraciones (con la que está cayendo) y me he preguntado: ¿el comunicado que han dado será para salvar esos coches? Igual no, oiga, pero a esta hora de la tarde, se da en pensar unas cosas...
Seguimos ciegos a la realidad mundial. Poco hemos aprendido estos meses. Por lo menos, pienso, espero que hayan comido bien
(17.25 pm)
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