Este señor
es el Director General de Ikea para España. En esta entrevista con "El Pais" presenta su estado de ánimo y el de su reconfortante empresa en este momento. Y lo cierto es que da gusto leerle y darse cuenta que en estos momentos, lo es todo la actitud que se tome ante la situación. Da gusto leerlo.
En Ikea pensamos en el largo plazo. Eso es lo que nos interesa. Pase lo que pase, a largo plazo las perspectivas para Ikea en España son muy buenas. Tenemos grandes planes de expansión.
Desde luego. Las crisis siempre son una oportunidad. Para nosotros, para la gente y para todos, para cambiar las cosas que no funcionan bien. En nuestro caso, para estar más cerca de las personas. Vamos a invertir en España y Portugal 3.000 millones en los próximos diez años.
¿Cómo se puede vender una silla por cuatro euros?
R. Eso me llevaría horas explicárselo [risas]. Nuestro objetivo es tener el menor precio posible para una silla de calidad. Para eso hay detrás un enorme esfuerzo de eficiencia por parte de toda la compañía. Para eso estamos en contacto con nuestros proveedores, para enseñarles cómo fabricar mejor, y siempre trabajamos en simplificarlo todo. Desde la creación al transporte. En el centro de diseño que tenemos en Suecia tenemos a mucha gente creando, pensando cómo ahorrar recursos, cómo ser más respetuosos con el medio ambiente, dónde encontrar mejores proveedores... Desde hacer cajas planas, que permiten un transporte más eficiente a ahorrar energía. Es una gran cadena.
A ver si es verdad y cunde el ejemplo del espíritu emprendedor de estos señores. Aunque no sé por qué tengo la sensación que en algunos lugares de nuestro territorio y por parte de algunos sectores, tanta competencia, competitividad y espíritu emprendedor les resulta muy incómodo y hasta presionan para que las "autoridades" les pongan coto. El pesimismo es una herramienta de los débiles y un arma letal para quien prefiere que lo sigan protegiendo en vez de arriesgar. Ojalá, Sobrino, que cunda el ejemplo, pero sobre todo, que cunda el ánimo y el espíritu de que entre todos (sumando nuestras individualidades) seremos capaces de seguir adelante con valores como los del esfuerzo, la creatividad y el trabajo bien hecho. Creo que la vuelta a estos valores es fundamental para recuperar el optimismo. Ahora sólo falta que nuestros gobernantes también se lo crean, en vez de seguir sobreactuando de cara a poderes fácticos y a la rentabilidad puramente electoral.
ResponderEliminar"La púa"