Este ambientazo hay en las calles de Innsbruck. Hacía tiempo que no venía a esta ciudad. La última vez, cuando regresaba por carretera de Salzburgo, probablemente tan embebido de entusiasmo mozartiano que no me dio tiempo a reparar en la belleza de este valle tirolense. Creo que Austria es el lugar ideal para jugar la Eurocopa, porque si en algún lugar late la vieja Europa es, precisamente, aquí. Las renacentistas y ordenadas calles, seguramente aburridas durante todo el año, bullen de banderas españolas, disfraces de toreros, tocados de cornamentas y gente realmente feliz, bebiendo cerveza a 4,50 la jarra y disfrutando de una buena mañana hasta que empiece el partido. Ha valido la pena llegar hasta aquí.
