martes, 29 de abril de 2008

Zaplana

No sólo la tontería que ha dicho Alfonso Guerra sobre Eduardo Zaplana (no recuerda "mienmano" la situación profesional, por ejemplo de Narcis Serra, Presidente de Caixa de Catalunya que no es mal cargo ni mal remunerado) constituye un despropósito al valorar la marcha de Eduardo Zaplana de la política nacional. Ha habido otras reacciones apriorísticas y desproporcionadas que no se aproximan, ni de lejos, a la virtualidad del personaje. Sin duda controvertido en su Comunidad, Zaplana ha sido un orador brillante, un político componedor de fino olfato y un hombre honesto, aunque sólo sea por el hecho de que la persecución emprendida por ciertos medios contra él no ha tenido consecuencia alguna en términos judiciales, los únicos válidos en contraposición con tanta y tanta falta de rigor. Los políticos son políticos y, obviamente, lo que hacen suele estar muy interesado, pero Zaplana es un ejemplo de político liberal engullido por el aparato que el día que cuente será mejor entendido. Mientras descansará en su vida profesional. Es de esperar que le dejen trabajar a gusto (para uno que tiene carrera y no se ve obligado a chupar del bote del erario público para seguir pagando las letras). Sin duda el P.P. acabará notando su marcha.

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