miércoles, 16 de abril de 2008

El 22% de los empleados de la Comunidad de Madrid falta al trabajo a diario

Más valdría que Esperanza Aguirre se ocupara de esto y no de estar todo el día enredando en politiqueos. ¡Qué pena¡


(De "El Pais")

La Comunidad de Madrid, con 160.000 empleados, es el mayor patrón de la región y tiene graves problemas para gestionar sus recursos humanos. El sistema público, admiten sus responsables, falla en motivar a la plantilla, crear equipos, adecuar las plantillas o formar a los trabajadores para adaptarse a nuevos puestos de trabajo. El resultado es un descomunal absentismo laboral, que alcanza el 22% de media y en algunos días llega al 25%, admite el director general de Función Pública, Miguel Ángel López, quien expuso estos datos recientemente en la Asamblea de Madrid. En un día cualquiera, entre 35.000 y 40.000 personas no van a trabajar por baja o permiso laboral.

La diferencia con la empresa privada es abismal. La media en las firmas, según los últimos datos es del 4,1%.Según un estudio sobre 16.000 empresas por PricewaterhouseCoopers, publicado hace un año, el absentismo de los españoles en el sector privado es del 4,1%. El Estatuto de los Trabajadores asegura que una empresa tiene un absentismo elevado cuando éste alcanza al 5% de la plantilla.

El problema existe, pero según apuntan los expertos consultados, tiene poco que ver con el tópico del funcionario escaqueado. "Un absentismo tan elevado es el síntoma de una mala gestión de los Recursos Humanos. Donde el estrés y la sobrecarga de trabajo, o en el extremo contrario, la desmotivación y la escasa gratificación personal son la norma, el absentismo se multiplica", explica Francisco Prados de Reyes, catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad de Granada.

El propio Miguel Ángel López admite que "los datos muestran un problema de fondo que requiere actuaciones urgentes". Aún más, el director general alertó en la Asamblea de que "los gastos de personal empiezan a tener un protagonismo, un peso, incluso unas exigencias de crédito [pagar las nóminas con deuda pública], que condicionan en muchos casos la realización de otras políticas". El pago de las nóminas de los empleados públicos (entre funcionarios y contratados) consume más de un tercio, 6.500 de 18.900 millones de euros, de los presupuestos de la Comunidad. "Estamos cerca del límite", advierte López.

"Hay días en los que la cuarta parte de los trabajadores de nuestros empleados está de baja", admitió López en la Asamblea. "Tal vez sea un problema de todos: de los jefes que no saben organizar, de los trabajadores que no están motivados, de las condiciones de trabajo, etcétera. Pero esto no se puede soportar. Al contribuyente no se le puede decir que, en algunos casos, el 25% de la plantilla está de baja, porque para ello no existe ninguna razón sanitaria ni lógica. Habrá que sentarse y estudiarlos", siguió López.

El responsable opina que una de las más razones más importantes es la falta de adecuación de algunas plantillas. "Hay ámbitos en los que falta personal y otros en los que sobra", explicó López en la Asamblea.

En el primer caso, entre las que se cuentan funciones como la atención a enfermos y ancianos, atención al público o tareas auxiliares administrativas, la sobrecarga de trabajo acaba repercutiendo en la salud física (artrosis, artritis, lumbalgias y otros problemas de la espalda) o psíquica (estrés), según la Comunidad de Madrid. Esto tiene, además, un efecto perverso, según el catedrático de Psicología Social de la Universitat de Valencia, José María Peiró: "Sin una adecuada política de sustitución, los trabajadores que siguen acudiendo al trabajo todavía tienen más sobrecarga, siendo un círculo vicioso".

En el extremo contrario, dijo López en la Asamblea, se encuentran "unidades de trabajadores como fogoneros, pinches de cocina, de lencería, etcétera" en los que la falta de trabajo lleva a una "desmotivación generalizada" que dispara la conflictividad y trastornos relacionados con la falta de realización personal como la depresión.

Peiró destaca que en estos casos "se instala una cierta cultura del absentismo que resulta tolerada y aceptada al menos de facto por todo el mundo. Esta situación resulta muy difícil de cambiar".

La Comunidad admite que ha fallado la formación y el reciclaje ante el envejecimiento. "Tenemos casi un millar de limpiadoras con 55 años y unos trastornos físicos lógicos por su edad y su trabajo que elevan las bajas laborales", explica López. "Ahí hace falta un enorme esfuerzo de reciclaje, para prepararlas, por ejemplo, para que ocupen puestos de auxiliares de control o administrativas, que es donde falta personal", añade.

En total, la Comunidad calcula que es necesaria una reconversión "no para despedir, sino para reciclar" a entre 6.000 y 10.000 empleados públicos. "El trabajo público es muy garantista, y quizá este es otro de los problemas. La falta de objetivos, el que todos ganen lo mismo y sumen antigüedad sin relación con los logros conseguidos es sin duda una de las causas de desmotivación que está en el origen de los demás problemas", añade López.

Francisco García, responsable de Educación de CC OO y negociador con la administración autonómica, comparte "la necesidad de modernizar la administración y en eso es clave y urgente establecer cuantos mecanismos hagan falta para mantener el compromiso que los empleados públicos tienen con el sistema público". García, sin embargo, califica de "poco creíbles y tergiversación" los datos de absentismo ofrecidos por la Comunidad. "Esta administración lleva más de tres legislaturas sin avanzar en eso de lo que ahora alerta. El propio López ha retrasado reiteradamente las reuniones pendientes que tenemos desde octubre. No entendemos este mensaje de alarmismo", señaló. "Compartimos la necesidad de abordar una reforma a través de una nueva ley".

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